La babilla de ternera o cap de mort está formada por dos partes, una próxima a la cadera más jugosa y tierna, y otra cercana a la rodilla que cuenta con más tendones. Se localiza en el tercio posterior. Parte superior de la pierna, cercana a la cadera. Es de forma ovoide. Se obtienen muy buenos filetes y medallones a la plancha o fritos. La carne de la babilla de ternera es apta para empanar y también sirve para brasear y asar.
Presenta poca grasa, por lo que en ocasiones puede ser una carne algo seca. Se localiza en el tercio posterior, parte externa del muslo. Es apta para la preparación de guisos, asados y estofados. Se obtienen buenos filetes destinados al empanado.
Se denominan pies tanto si son de las patas traseras, como si son de las delanteras ya que no hay diferencia entre ambos. Muy gelatinosos y con un alto porcentaje de huesos. Excelentes a la brasa o guisados, pero sea cual sea su elaboración es imprescindible cocerlos previamente.
Son una serie de huesos que incluyen parte de la carne de la falta. Se localiza en el tercio anterior. Incluye los músculos que se apoyan en la parte baja de las costillas. Tiene dos partes: la del delantero dónde la carne es más magra, y la del trasero dónde el costillar es más grueso y la carne es más grasa. Se usa para guisos y estofados, churrasco (tiras de corte transversal del costillar) a la parrilla, asado y al horno. En Galicia se usa para preparar el o’caldeiro.
Son las extremidades superiores de la parte delantera del animal. Es una carne muy jugosa. Se considera de peor calidad que la maza trasera, pero su carne es tierna y jugosa. Se suele preparar cocida, asada o a la plancha, en ragú y pinchos morunos.
La aguja de ternera es una pieza tierna y jugosa. Se encuentra en el tercio anterior. Cinco primeras vértebras dorsales en la unión del lomo con el pescuezo. Apta para todo tipo de preparados: asados, estofados, guisos, cocidos, carne picada, etc. La aguja de ternera da unos filetes de mediana aptitud i unas chuletas de otro aspecto a las de palo o riñonada, pero de igual calidad.
Veinticuatro arcos óseos, doce de cada lado, que se extienden desde una vértebra y concurren a formar las paredes del tórax. Son huesos cartilaginosos muy sabrosos. Se cocinan enteras (a la brasa), al horno, y cortadas (guisos y en salsa).
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